Me llamo Mary Salas, soy peruana y bloguera de viajes, fotógrafa y creadora del Blog Los viajes de Mary. Este blog tiene como objetivo dar a conocer los lugares que voy visitando, ofrecer tips de viajes (recomendar qué actividades realizar, qué comidas probar y en qué sitios quedarse) a mis lectores y compartir mis experiencias de cada viaje.
¿Por qué me gusta volar?

Aunque debo admitir que todos los preparativos previos a un viaje son agotadores y tediosos, todos estos malestares se van apenas paso la puerta del avión…

Hay varios motivos y aquí les dejo algunos.

1. ¡Porque me encanta volar! Sé que hay mucha gente que odia estar en un avión porque los pone nerviosos o les da miedo la turbulencia pero a mí me hace sentir viva sobre todo cuando el avión despega, la sensación de dejar el firmamento y empezar a elevarse me causa una alegría indescriptible, quizá por eso siempre sueño con algún día tener alas…

2. También me gustan porque en un avión tienes tiempo para ti y los demás, el hecho de que no podamos usar los celulares por reglamento, y claro, porque te quedas sin señal, hace que la gente vuelva a levantar la cabeza, a mirarse a los ojos y sonreír, te hace estar más atento a las personas que tienes alrededor y esto es algo que ya no pasa en esta época de tanta tecnología.

3. Porque me gusta el trato que recibes de los tripulantes de cabina, es como la mejor bienvenida a tus vacaciones, sonrisas, películas, engreimientos, buen trato, creo que siempre he tenido suerte con los tripulantes o quizás sólo cumplen con su trabajo de ser amables pero me gusta pensar que son así conmigo porque sí! (Les cuento que hace unos años postulé para ser aeromoza, recuerdo que cuando me paré frente a todos los postulantes y la entrevistadora para presentarme dije: “Mi sueño es volar y aunque soy arquitecta de profesión, siento que la vida es corta y uno debe tratar de cumplir todos sus sueños ahora”. Increíblemente pase a la 2da entrevista jaja claro, que luego desistí cuando supe lo sacrificada que es esa profesión).

4. Por último, porque me gusta ver gente de diferentes nacionalidades, costumbres, religiones e idiomas, todas reunidas en un mismo espacio. En el aeropuerto también pasa lo mismo, es un terreno neutral donde todos conviven y se respetan. A mí me gusta sentarme a un lado y ver toda esa pasarela de gente con rasgos distintos, costumbres diferentes y hablando en distintos idiomas. Dos lugares, donde todos se ven y donde nadie se juzga.